LA MATERNIDAD llegó a mi vida de forma voluntaria y consciente. Pocas cosas he tenido tan claras en mi vida como el hecho de que algún día sería madre. Me lancé, previa elección del padre de las criaturas, a por la experiencia más grande de mi vida, con una valentía pasmosa, como si nada ni nadie se me pudiese poner por delante. Soy optimista por naturaleza y las cosas para mí sólo podían salir bien…o muy bien.
No entraré en detalles de algunos batacazos que me di durante el embarazo, porque no es el momento, pero digamos que no todo fue lo idílico que esperaba. ¿A alguna le suena? https://entremisalas.com/maternidad-imperfecta/
En este momento, no es demasiado importante cómo ocurrió, sino cómo me di cuenta de que estaba inmersa en la MATERNIDAD, con todas las consecuencias…
Fue algo así como si entrase en un túnel de semi inconsciencia, hasta renacer convertida en una nueva persona. Me convertí en una mujer distinta, con prioridades diferentes, pero también con algunas capacidades que eran impensables para mí antes.
ÍNDICE
MULTITASKING
La maternidad ha conseguido de mí que sea ordenada (a veces), a pesar de mi mente caótica llena de parches, y que cuente hasta 10 olvidando mi impulsividad. Que pueda hacer dos, tres y hasta cuatro cosas al mismo tiempo, y que haga un poco el payaso, o un mucho, o muchísimo, o el ridículo más asombroso cuando la situación lo requiere…
Ser madre me ha convertido en una especie de “superwoman multitasking”. A veces me imagino como la «prota» de una serie futurista, una especie de robot para todo a la que puedes meterle el software que necesitas en cada momento y te resuelve la papeleta como si estuviese diseñada para eso.
Desde que soy madre me he transformado en cocinera, nutricionista, enfermera, profesora, taxista, cuentacuentos, psicóloga, creadora de magia, pañuelo de lágrimas, Pepito Grillo en versión soft, masajista post-entrenamiento, repostera, representante del consejo escolar, planificadora de vacaciones, asistente personal de tooooda la familia y hasta dentista (os prometo que no vuelvo a pagar una pasta para que le quiten un diente de leche al pequeño por mucha grima que le dé moverlo…ya he comprado un garrote, no digo más).
Soy inventora, que no se me olvide. Dándole a la imaginación soy capaz de hacer disfraces de Halloween en 10 minutos o una merienda original para los míos y los cuatro añadidos que se han traído después de jugar al baloncesto. Puedo meter a 12 en el salón a dormir o crear un cine auténtico con entradas y todo para los abuelos y los niños mientras lleno la cocina de palomitas. No creo que os esté contando nada nuevo, porque seguro que lo vuestro se parece bastante.
Es una realidad el hecho de que sólo l@s hij@s pueden conseguir de ti que te quedes hasta altas horas de la noche haciendo galletas de Navidad para llevar al cole (aunque se le haya ocurrido cuando estabas dándole el beso de buenas noches). O que hagas una tarta de chocolate y otra de zanahoria porque este cumpleaños es incapaz de decidir cuál le gusta más. Sólo ell@s pueden lograr que te conviertas en una mamá leona cuando estás en el parque y tratan de cogerle sus juguetes con la dichosa manía de que hay que compartirlo todo…(esto da para otro post), o desarmarte cuando dilatan la pupila, cual gatito amoroso, para pedirte “porfa porfa un ratito más de Play” (esto también da para otro post).
Así que, bienvenidas a la maternidad a las que están en proceso y a las que ya tienen el bollito en el horno. También a las recién llegadas y a las veteranas con cicatrices. Esto es lo más bonito que nos va a ocurrir, nos está ocurriendo o nos ha ocurrido en la vida, y en el fondo lo sabéis.
EL LADO OSCURO
Y tranquila, porque también sé esa otra parte. Esa en la que tu bebé te ha permitido que duermas 2 horas de reloj, tienes las tetas exprimidas al punto de que te has pensado si ponerte o no sujetador, un calcetín de cada color (no porque estés en modo payasa, sino porque no te da la olla para más), y el pelo a lo afro (vamos a decirlo así que queda más cool). Sé que lo único que estás pensando en ese momento es en tener una conversación con un adulto.
Esa parte en la que miras con envidia malvada a tu amiga… esa a la que le has dicho mil veces que ser madre es lo mejor. Cuando te sorprendes a ti misma imaginando tu vida sin hijos, preocupada por lo que te ibas a poner el fin de semana para tomar una copa con tus amigas…
Y ESTÁ BIEN!!!
Igual de bien que el hecho de que no puedes evitar mirar el reloj a cada rato, para pensar qué estará haciendo tu niñ@ en ese momento, y cuánto falta para volver a casa y verl@. Es el software, os lo garantizo…
No sólo el de multitarea, sino otro que ya no vas a poder desinstalar en lo que os queda de vida.
Eso sí…que sepáis que viene con un defectillo de fábrica. De hecho, yo estoy esperando a la última actualización para ver si al fin consigo volver a ver el telediario, los juegos olímpicos o la película más chorra sin soltar un río de lágrimas…
BIENVENIDA A LA VIDA…